Podemos imaginar que hace muchos años el Valle del Itata estuvo cubierto de extensos mantos de húmedos y aromáticos bosques nativos, donde coexistían innumerables seres vivos en esta tierra junto al río. Desde los más pequeños habitantes del suelo hasta quienes transitaban por las altas copas de los árboles.
Las condiciones del valle han cambiado desde aquel tiempo hasta nuestros días, donde cada vez pareciera más difícil encontrarnos con estos refugios de vida y reconocer su enorme valor. Sin embargo, una herencia de conocimientos fue traspasada a nuestras abuelas y abuelos, quienes por tener un vínculo más cercano con la tierra, aprendieron y tuvieron acceso a la medicina de las plantas, el alimento de los frutos y el conocimiento sobre las virtudes que tenían los árboles con quienes compartían su diario vivir.
Hoy seguimos aprendiendo y buscando las maneras de relacionarnos con la naturaleza que habitamos, mientras cada vez se reconoce con mayor urgencia el cuidado de los bosques. En el mundo entero se ha experimentado un impacto nunca antes visto hacia los ecosistemas nativos, por la intervención industrial a gran escala que ha desplazado y reducido gravemente la presencia de la biodiversidad. Esta transición ha afectado también a este territorio, llevando casi al olvido a los bosques originarios, que hoy se nos hace indispensable devolver a la memoria.
Aún tenemos la oportunidad de ver los árboles herederos de esta historia. Nuestra búsqueda comienza, queremos conocerlos, encontrarnos con ellos y volver a comprender y atesorar su generosa presencia en el Valle del Itata.
Las condiciones del valle han cambiado desde aquel tiempo hasta nuestros días, donde cada vez pareciera más difícil encontrarnos con estos refugios de vida y reconocer su enorme valor. Sin embargo, una herencia de conocimientos fue traspasada a nuestras abuelas y abuelos, quienes por tener un vínculo más cercano con la tierra, aprendieron y tuvieron acceso a la medicina de las plantas, el alimento de los frutos y el conocimiento sobre las virtudes que tenían los árboles con quienes compartían su diario vivir.
Hoy seguimos aprendiendo y buscando las maneras de relacionarnos con la naturaleza que habitamos, mientras cada vez se reconoce con mayor urgencia el cuidado de los bosques. En el mundo entero se ha experimentado un impacto nunca antes visto hacia los ecosistemas nativos, por la intervención industrial a gran escala que ha desplazado y reducido gravemente la presencia de la biodiversidad. Esta transición ha afectado también a este territorio, llevando casi al olvido a los bosques originarios, que hoy se nos hace indispensable devolver a la memoria.
Aún tenemos la oportunidad de ver los árboles herederos de esta historia. Nuestra búsqueda comienza, queremos conocerlos, encontrarnos con ellos y volver a comprender y atesorar su generosa presencia en el Valle del Itata.
Dibujos y responsable de proyecto: Rayen Pérez Burgos
Diagramación: Cristóbal Sandoval
Textos especies: Alejandra Jiménez, Rayen Pérez Burgos
Revisión de textos: Luciano Oyarzún
Impresión: Almacén Editorial
Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes. Convocatoria 2021.
Diagramación: Cristóbal Sandoval
Textos especies: Alejandra Jiménez, Rayen Pérez Burgos
Revisión de textos: Luciano Oyarzún
Impresión: Almacén Editorial
Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes. Convocatoria 2021.